La comunicación es el eje sobre el cuál giran todas las relaciones humanas. El saber comunicarse no se trata solamente de decir lo que quieres, sientes o piensas en un momento determinado, sino también de saber decir las cosas en el momento adecuado, y que las otras personas nos entiendan exactamente lo que queremos expresar.
Debemos aprender a distinguir entre información y comunicación, la primera se refiere a cuando una persona simplemente comunica algo, por ejemplo: los conferencistas, los facilitadores de charlas o talleres, los profesoras cuando dan clases. En cambio, comunicación es mucho más que esto, es tener un intercambio de ideas, pensamientos u opiniones.
La forma más común para comunicarnos es la palabra, pero también nos podemos comunicar a través de gestos, actitudes, posturas; no es lo mismo decir: “si eso me importa” mirando hacia el piso o revisando el celular, a decir: “si eso me importa” mirando a los ojos a la persona que te está hablando. Existen 6 puntos que puedes tener en cuenta para comunicarte de una manera más efectiva:
Sentimientos: Al momento de tener una conversación con alguien, debemos procurar que la otra persona sienta cómo estamos, si estamos triste, bravos, decepcionados o dolidos. Así la otra persona tiene un marco de referencia en cuanto a lo que estamos comunicando. Por ejemplo, los padres cuando regañan a sus hijos, éstos en muchas ocasiones no recuerdan las palabras que exactamente usaron, pero si recuerdan cómo los hicieron sentir al ser corregidos.
Escuchar: El saber escuchar nos da mucho más poder que el hablar, debemos aprender a escuchar, porque comunicarnos no es solamente decir algo, sino también escuchar lo que el otro opina, piensa y siente sobre eso. Debemos aprender a tener empatía, que es colocarse en la posición del otro. Hagamos sentir a los demás que nos importan sus palabras, su óptica o su punto de vista.
Entendible: Debemos hacer un análisis primero del mensaje que queremos dar. Si hacemos esto y entedemos qué es lo que exactamente queremos, se nos va hacer más fácil cuando lo vayamos a expresar. Porque si no sabemos qué es lo que queremos decir (esto pasa cuando ni nosotros mismos nos entendemos) ¿cómo nos van a entender los demás?. Debemos ser claros, simples y directos, para que sepan exactamente lo que queremos decir.
La factibilidad: Hay que reflexionar: ¿eso que estamos pidiendo es posible, es justo, la otra persona lo puede cumplir? Debemos ser sinceros nosotros mismos, analizar y pensar si eso que vamos a pedir o queremos pedir, es algo que el otro nos puede dar o que puede cambiar. Por ejemplo: perdirle a una persona mayor de 70 años de edad que cambie su carácter, las probabilidades de que lo haga es muy poca.
La crítica: Debemos aceptar la crítica del otro, aunque a veces nos duela o no nos parezca, debemos escuchar, reflexionar, ser receptivos. Aceptemos y escuchemos al otro, respetemos la opinión y los sentimientos de los demás, debemos aprender a dar el beneficio de la duda, pensar: ¿será cierto lo que me está diciendo?; pero sin dejar que nos manipulen, nos humillen o nos afecte de más. Por ejemplo: cuando algunas personas se nos acercan para decirnos que últimamente estamos contestando de mala manera, o estamos más callados, o sensibles, a este tipo de crítica lo mejor es responder: ¿te parece? Gracias por la observación, lo tendré en cuenta; y es aquí cuando damos el beneficio de la duda. Muchas veces cambiamos nuestro carácter sin darnos cuenta.
Reflexionar: Si no logramos llegar a un acuerdo con el otro, pues vamos a darnos un tiempo para pensar. Debemos hacer lo posible por llegar a un punto medio, en donde ambos esten de acuerdo. Si no logramos ese punto medio, es recomendable buscar un mediador, bien sea un terapeuta, un cura, otro gerente, un amigo, alguien que pueda ser realmente objetivo.
Debemos tener en cuenta que no todas las personas somos iguales, hay unos más sensibles que otros, por eso siempre debemos saber cómo decir las cosas y mantener el respeto por los demás, teniendo presente cuáles son los derechos de los otros, y cuáles son los nuestros; y ten en cuenta que así como nosotros tratamos a los demás, de igual manera nos trataran.